Queer as Festival D'A
10 películas del D'A Festival de cinema de Barcelona 2025, para que puedas esperar a su estreno o, en el caso de alguna, ahorrarte ir a verla.
Hace 15 años se celebraba el primer Festival D’A -Festival de Cinema de Barcelona-. Puede sonar pedantón, pero es uno de mis momentos favoritos del año, donde cumplo con prácticamente todo mi cupo anual de pisar una sala de cine y reconecto con aquel Juan Carlos de veinte años -justo hace 15- que estudiaba Comunicación Audiovisual y quería hacer películas y contar sus propias historias -pero la vida-.
Desde hace tres o cuatro años, configuro una parrilla que navega por los temas que me interesan y me pongo la capa mood cinéfilo para ver un par de films al día, normalmente relacionadas con lo queer. En relación a esto, le comentaba a Sofía que no sé qué pensar de la etiqueta LGTBIQ+ con la que se clasifican algunas de las películas, tanto en los festivales como las plataformas. Espero -y deseo- que se haga con la idea de identificar a personajes o historias del colectivo, pero sin equipararlas a un género/estilo -road movie, thriller, cine francés-, como si las personas queer solo pudiéramos contar un tipo de historias. Como si las road movie, los thriller o el cine francés no pudieran ser LGTBIQ+.
A veces tengo la sensación de que el espacio que se da a nuestras historias en la mayoría de lugares es por cumplir unos ratio de inclusión, se les ven las costuras, el entramado, los andamios. Como en el anuncio de RENFE que se proyects antes de casi todas las sesiones; en un anuncio de escasos 30 segundos aparecen -o se intuyen- dos parejas homosexuales. ¡Oh, qué inclusiva RENFE! Y en ese anuncio, como en tantos otros, al verlos, puedo ver la reunión donde se determina esto: Hay que meter más películas LGTB -la Q la dejarán fuera- y un negro -la única forma de entender la racialidad- y también una persona mayor y una niña -y hasta aquí la inclusión-.
Y hasta aquí la chapa, que todavía me queda hablar de lo importante: las películas. Este fin de semana sigue habiendo D’A, así que os recomiendo echarle un vistazo a la programación. Y muchas de los largometrajes recomendados se estrenarán a partir de este verano, así que ¡a tomar nota!
La Furia, Gemma Blasco (España, 2025). ⭐ 2/5
Empieza fuerte el asunto. Esta fue la película con la que se inauguró el festival, en una sala abarrotada de gente, de la que todo el mundo salió con el estómago girado tanto por la historia como por la -supra-ingesta de bolsas de patatas fritas que regalaban al entrar. La película trata de la violación de la protagonista en una fiesta de fin de año con amigos. Puedo entender las motivaciones de venganza de la autora, como ella explicó, pero hace un retrato de la protagonista desde una perspectiva antigua y sin ningún favor hacia el feminismo actual. La víctima solo es víctima durante todo el largometraje, dando la razón a aquellos que criticaban a la niña de la manada -no les regalaré mayúsculas- por salir a la calle con sus amigas. Por allí en medio, de pronto, Medea -STOP-, porque la protagonista es actriz y la rabia, la furia, la convierte en una prodigiosa. ¿Y la venganza? Pues la venganza recae en el personaje masculino, el mismo al que la historia da la razón, porque claro, ¿cómo te va a haber violado este amigo si tiene novia, o este otro si es un buenazo?
A medida que pasan los días, solo estoy más enfadado con esta película, lo siento.
Bagger drama, Piet Baumgartner (Suiza, 2024). ⭐ 3,5/5
Un film que al dejarlo reposar ha ido ganando. Una historia sobre el duelo en una familia y las relaciones entre los que la conforman. Tiene imágenes preciosas, con unas excavadoras como bailarinas y que, sobre todo en la primera parte de la narración, se interpretan como alter egos mecánicos de los personajes. Consta de cuatro partes, cada una enfocada -más o menos- a uno de los protagonistas. No sé por qué, ni si tiene sentido, pero en algún momento me trasladó al cuarto capítulo de la serie Adolescencia (2025) -súper recomendación también, por cierto-. Como dijo el director al presentarla: “Los suizos no nos caracterizamos por mostrar nuestros sentimientos, así que a ver qué os parecen estos”.
Viet and Nam, Trương Minh Quý (Vietnam, 2024). ⭐ 4/5
La historia de dos mineros que viven un romance oculto, con el fantasma de la guerra a sus espaldas, y el de todos aquellos mártires lanzados en fosas comunes que aún siguen sin identificar. Mientras uno quiere ahondar en las profundidades de su historia familiar, el otro sueña con emigrar de Vietnam en un contenedor. Tiene este aura entre misteriosa e indescifrable del cine asiático -sin pretender generalizar-, acompañado de imágenes bellísimas y el juego entre el ruido -de la naturaleza, sobre todo- y el silencio.
Duro, Francesc Cuéllar; Bárbara Mestanza (España, 2025). ⭐ 2/5
La primera escena bien, la última también. Fin. Parte de la premisa de querer jugar con los roles de género dentro de las historias de abuso y violencia machista, pero desde una perspectiva súper binaria y que no sé si se acaba de entender. Al menos yo no lo compré. La actriz -y guionista- está estupenda, eso sí.
Salomé, André Antonio (Brasil, 2024). ⭐ 4,5/5
Una de las favoritas. La protagonista, ahora convertida en modelo famosa en Brasil, vuelve a casa por Navidad. Así de sencilla es la premisa de la historia, nada que ver con el mundo que se desarrolla en ella. Una secta, un pseudopopper que no he sabido averiguar qué es, amor, deseo, familia. Todo explicado desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbradas -hay una escena de sexo que me parece el mejor ejemplo para describirlo, pero no puedo hacer spoiler-. Actrices trans, sin que para la historia sea crucial que lo sean, solo con eso ya tiene mucho recorrido avanzado.
Buscant el meu propi nom, Pablo García Pérez de Lara (España, 2024). ⭐ 4/5
Escrita a partir del libro Nueve nombres de Maria Huertas Zarco (Temporal, 2022), donde se expone la historia de nueve de las mujeres que fueron trasladadas del Manicomio de Jesús al Hospital Psiquiátrico de Bétera en 1974. A todas ellas las habían borrado del mundo, anulándolas, haciéndoles incluso olvidar su nombre. Esta película de escasos 40 minutos, ficciona esa llegada, dando mayor protagonismo a una de ellas, tratada desde la delicadeza y la atención en las miradas. Una tierna delicia.
Love, Dag Johan Haugerud (Noruega, 2024). ⭐ 4/5
Una historia sobre los conflictos del deseo personal: lo que realmente deseamos y lo que desempeñamos como si lo deseáramos. Lo que decimos querer y lo que hacemos, totalmente contrario. Y todo esto, como reflejo del ritmo de la ciudad. Suena complicado como premisa pero es una película muy sencilla, sobre dos compañeros de trabajo teniendo relaciones sexoafectivas -cada uno por su lado-, buenos diálogos y, aunque un poco larga, es uno de aquellos largometrajes que te hacen querer estar un poquito -solo un poquito- enamorado.
Good one, India Donaldson (EEUU, 2024). ⭐ 4,5/5
¡Me encantó! Padre e hija hacen una excursión de tres días por la montaña, acompañados de un amigo del padre. Él es un cafre y ellos unos excursionistas experimentados. Ella, como la voz y la figura adulta en este recorrido. Al verla, los pulmones se llenan de oxígeno y huele a musgo y sopa instantánea. Un largometraje en el que se dice mucho más de lo que parece. Una pequeña joya.
El diablo fuma, Ernesto Martínez Bucio; Karen Plata (México, 2025). ⭐ 4,5/5
Otra que está dentro del top 3 de favoritos. En la sala estaba Javier Calvo viéndola, y pensé lo mucho que me recordaba a La Mesías (España, 2022). Cinco hermanes de entre 6 y 13 años viven con su abuela, obsesionada con las trampas para moscas, la oscuridad y el diablo, en el México de los 90. No sabemos qué ha sido de sus padres ni por qué se mantienen encerrados en la casa. Las actuaciones de todes les niñes son brutales, tanto, que te da la sensación de estar viendo un documental o escenas de la vida real. Como dijo el director en la presentación: “Si no la entienden, no se preocupen, disfrútenla”.
Cabro negro, Abdellah Taïa (Marruecos, 2024). ⭐ 4/5
Con esta me despedí del D’A -ayer me vine a Madrid- y me gustó conocer a este director, también escritor -del que espero leer algún libro próximamente-. Dos amigos se van de vacaciones a Cabo Negro invitados por el amante de él, que no da señales de vida. La casa, y sus vacaciones sin un duro, se convierten en una especie de refugio de almas heridas, de personas necesitadas de una comunidad, que se alimentan, se cuidan, se dan cobijo y la mano.
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Esta Newsletter no tendría sentido sin el club de lectura Queer as Book. En abril, lo realizaremos en la PROLE, en Barcelona, como forma de apoyo al movimiento de rescate de este espacio. Esta libreria transfeminista del Eixample, que anunció su cierre hace unos meses, está intentando resistir gracias a un grupo activo de personas -PROLEtaries- cuyo objetivo es convertirla en una cooperativa de trabajo: un espacio social seguro donde encontrarse a crear y desarrollar diversos proyectos editoriales y culturales.
Tener nuestros espacios -y conservarlos- también es una forma de resistencia. Por ello, el próximo 15 de abril comentaremos allí el libro El arte queer del fracaso de Jack Halberstam (Egales, 2018), un libro que nos invita a repensar el éxito, abrazar la rebeldía y celebrar los caminos alternativos. Esta vez, la inscripción será gratuita, a cambio de hacer una aportación -la que sea- al proyecto Salvemos la Prole! Puede ser comprando un libro el mismo día del club o donando lo que cada una crea necesario, allí o en su página de Goteo.
reseñas brillantes y solo diré: puta renfe