Queer as Ada Bruguera
Se llama igual que una de sus poetas preferidas y tiene tatuado uno de sus versos en el antebrazo. Si EE.UU. y Catalunya tuvieran una hija, sería ella, leyendo poemas de Emily Dickinson.
El Qestionario.
Ada Bruguera. Barcelona. 5 de noviembre. 10.47h.
Una frase que te acompaña
“And no life is as long as a river.” - Ada Limón, del poema High Water.
Tres películas que te definen
The Hours (Stephern Daldri, 2003)
Stand By Me (Rob Reiner, 1989)
Gilmore Girls (Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino, 2000-2007)
Tres libros que siempre recomiendas
The Waves (Virginia Woolf, 1931)
The Dream of a Common Language (Adrienne Rich, 1978)
Middlesex (Jeffrey Eugenides, 2002)
La oscuridad restaura lo que la luz no puede reparar.
Se me hace difícil escribir sin pensar qué hace algo más de una semana, una DANA -también conocida como gota fría- arrasó con varias poblaciones en Valencia y en otros rincones del Mediterráneo. Tampoco puedo quitarme de la cabeza que un criminal vuelva a presidir los Estados Unidos. Palestina. Ucrania. Sin embargo, confío en el poder restaurador de las palabras, el activismo de la literatura y la amistad como definición de comunidad. Por ello -y por ellos- va la publicación de hoy.
Ada es mi amiga, librera y una de las personas más inteligentes que conozco. Nos conocimos en 2021, en la misma librería en la que todavía hoy trabajamos. Su especialidad -y pasión- es la poesía. También la narrativa anglosajona. Prácticamente desde el primer día le pedí si me podía hacer una lista con libros de poesía que ella pensaba que debía leer. Tardó en llegar. Pero en mi cumpleaños, casi dos años después, Ada me regaló un libro y dentro una maravillosa lista. -Si queréis ver bien la lista, podéis pinchar en la imagen y os redirigirá-.
Me emociona pensar en cómo alguien puede /re/conocerte en las palabras de otros. Saber que aquél libro que leyó hace tiempo -o no tanto- me iba a gustar. Y que acierte. Me parece una señal de amistad o comunión -o llámalo como quieras- mágica. De eso iba a ir la publicación de hoy, de algunos de los poemarios que Ada me había recomendado. Los pocos que he leído, también es cierto. Pero, por lo explicado en el primer párrafo, he decidido cambiarlo. Más o menos. Os voy a hablar de poesía. De poesía recomendada por Ada. De poesía recomendada por Ada que ataca los cimientos de Estados Unidos. Voces que salen de las fallas. Gritos de las grietas.
Natalie Diaz es poeta y educadora, de origen mojave -uno de los pueblos autóctonos de América del Norte-. El título de este apartado, que también es una frase del poeta ruso Brodsky, lo he extraído de su poema La cura para la melancolía es tomar los cuernos, que pertenece al poemario Poema de amor poscolonial (Vaso Roto, 2022). Este es el libro que contenía la preciosa lista.
En él, Diaz expone su realidad indígena en un país que la rechaza. Mediante su poesía, nos habla de sus creencias y su lenguaje. Nos ofrece la tierra y el agua, que es cuerpo, es vida y es origen. La tierra que se arrebata, el agua que se privatiza. Sus poemas son una fotografía de Colorado, de ríos rojizos, también de sangre. Y en el centro, al principio o al final - en todo- el amor. Y el sexo. Salvaje y orgánico como un río. Como las curvas de la mujer amada. Leerlo ha sido un viaje, prácticamente un ritual.
Durante estos años,
pensé que mi mamá me pedía que esperara, Wait,
como para decir Dales un poco más de tiempopara que reconozcan lo que vales,
cuando en realidad decía, Weight,
para decir peso, preparándomepara el yugo de mi misma,
la bestia de las cargas de mi país,
lo cual es menos malo queel arado de mi país. Sí,
cuando mi madre decía,
They don’t love you like I love you,quería decir,
Natalie, eso no significa
que no seas buena.
De la misma editorial es la traducción del poemario de un autor del que he hablado en varias ocasiones, Ocean Vuong. En Cielo nocturno con heridas de fuego (Vaso Roto, 2019) el autor vietnamita-americano habla de su herencia migrante, de homofobia y exilio en un país -lleno de prejuicios y odio- que ama. Marcado por una guerra y el refugio de la misma. La belleza en la escritura de Vuong es sobrecogedora, con la familia -las mujeres de su vida- en el eje central, como en su último poemario El tiempo es la madre (Vaso Roto, 2023) donde con dolor y belleza narra el duelo por la pérdida de su progenitora.
Si hay algo que debes saber, es que naciste porque nadie más estaba en camino. El barco se balanceaba mientras crecías dentro de mí: el eco del amor tomando la forma de un niño. A veces me siento como un ampersand. Despierto esperando el choque. Tal vez el cuerpo sea la única pregunta que una respuesta extingue. ¿Cuántos besos hemos estrujado contra nuestros labios en oración, sólo para recoger pedazos? Si necesitas saberlo, la mejor forma de entender a un hombre es con los dientes. Una vez, tragué lluvia durante una tormenta entera, verde. Horas acostada de espalda con mi niñez abierta. El campo debajo de mí por todos lados. Qué dulce. Esa lluvia. Cómo algo que vive sólo para caer no puede sino ser dulce. El agua se destila hasta la intención. La intención hasta el alimento. Todos pueden olvidarnos -siempre y cuando tú recuerdes.
Por último, un libro del que ya he hablado por aquí en otra ocasión y que protagonizó una se las sesiones del club de lectura el año pasado: No nos deis por muertos de Danez Smith (Arrebato, 2022).
Eliane Brum, periodista y activista medioambiental brasileña a quien tuve la suerte de conocer el otro día, habla de existir violentamente en el mundo como mujer blanca. La violencia de los privilegios frente a las desigualdades. Esa reflexión me lleva a la poesía de Danez. Le autore te pone frente a un espejo de realidad racial, teñido de sangre, de donde no puedes apartar la mirada. Crudo y bello a la vez. Ser negro en un país donde la esclavitud no queda tan lejana. Ser negro. Simplemente.
Os dejo uno de sus poemas más increíbles, recitado por elle misme: Dear white America. Danez dispara las palabras, como la policía dispara a sus iguales. Escucharle recitar es de una magnitud apabullante.
Para todas aquellas que queráis -y podáis- acudir como voluntarias a Valencia, la Generalitat Valenciana puso a disposición de les ciudadanes una plataforma donde poder apuntarse. ¡Es importante seguir las indicaciones, apuntarse y no ir por cuenta ajena!
En Catalunya también se ha creado una plataforma, con autobuses que salen desde Barcelona. Ahora mismo existe lista de espera -por desgracia, aún quedan muchas semanas de trabajo- en la que os podéis apuntar o también hacer una aportación económica para que se pueda llevar a cabo la acción.
Ada, mi amiga Ada, ha querido terminar su visita a Queer as Book con un poema de Ada, su amada Ada Limón. Se titula Where the Circles Overlap y lo podéis encontrar en el libro The Hurting Kind (Milkweed, 2022).
We burrow.
We hunch.
We beg and beg.The thesis is still a river.
At the top of the mountain
is a murderous light, so strongit's like staring into an original
joy, foundational,that brief kinship of hold
and hand, the space betweenteeth right before they break
into an expansion, a heat.We hurry.
We hanker.
We beg and beg.When should we mourn?
We think time is always time.
And a place is always place.Bottlebursh trees attract
the nectar lovers, and wecapture, capture, capture.
The thesis is still the wind.
The thesis has never been exile.
We have never been exiled.
We have been in the sun,strong and between sleep,
no hot gates, no house decayed,just the bottlebrush alive
on all sides with want.
Últimas lecturas.
Siempre vengo de noche, Alberto Cortés (Contintametienes, 2024). ⭐ 4/5
Alberto Cortés es delicadeza y garra, es movimiento y quietud, palabra y silencio. La destreza de una escritura que parece aleatoria, pero que está llena de significado y sensibilidad. Al leerle puedes seguir sus movimientos sobre el escenario. Una vez terminada la obra, la performance, el autor expone sus reflexiones durante el proceso. Es precioso ver los engranajes del mecanismo de la creación. Las dudas. Los aciertos.
Si queréis verle en directo, estará la próxima semana actuando en Barcelona y en su Instagram podéis seguir bolos futuros.
Siempre vengo de noche (Live Set) en Fundació Joan Brossa
“Me asalta a veces el miedo de que todo esto de la obra nueva no se lea más que como un maricón privilegiado que intenta sanear sus demonios convirtiéndolos en seres mágicos de leyenda. Como una terapia new age que no toca nada. Algunos días lo que escribo me parece tan infantil que hasta un niño de ocho años lo diría mejor que yo y con menos palabras. Me importa mucho el número de palabras que uso. Siempre quiero reducir hasta el extremo, devolver el texto a su nacimiento primigenio, al parto. Que solo sea la frase de la sinopsis, no, mejor que solo sea el título. Ahí ya está todo. y ese todo, que es perfecto en sí, ya lo desarrollas en tu cabeza. Esa sería para mí la escritura total. Mis palabras no aportan nada nuevo a lo que ya contiene el título, solo marean la perdiz.”
Blackouts, Justin Torres (Random House, 2024). ⭐ 5/5
Cerrad los ojos. Imaginad el emoticono con una explosión en la cabeza. Sí, ese. ¡Puf! Así me sentí durante toda la lectura de este libro y al acabarlo. Aún ahora, me cuesta muchísimo poder hablar de él, definirlo, más allá de decir que me estalló el cerebro y que me encantó. ¿Es una biografía sobre Jan Gay, investigadora y activista queer de principios del siglo XX? Podría ser. Pero también podría ser otras muchas cosas. Un libro que habla sobre cuidar y cuidarse. Un viaje. Una fábula. Un cuento. Siento que al leerlo era Alicia abriendo puertas en una sala oscura. Me recordó a Pedro Páramo (Juan Rulfo, 1955), libro que reconozco haber leído el mes pasado, pero mejor. O no. De verdad que no sé cómo venderlo, ¡pero leedlo!
“Todo el mundo cuida de algo. El León su carne, el Leopardo su hueso, el Mono su plátano.”.
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